A 10 AÑOS DE LA MUERTE DE BIN LADEN

Internacionales 02 de mayo de 2021 Por Rouse Leonor
A pesar de que la red terrorista ya no tiene el poder de cuando enfrentó a Estados Unidos, sus filiales en Siria, el norte de África y Asia siguen operando y realizando atentados
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El hotel Pearl de Peshawar fue por años el centro de las actividades de espías de todo tipo, forma y medida. La ciudad paquistana ubicada al borde del Khiber Pass, el mítico pasaje de la cordillera del Hindu Kush, desde Occidente a la antigua India atravesando Afganistán, es desde siempre un hervidero de agentes de la CIA, KGB, MI6, Mossad, el ISI paquistaní, los talibanes, sauditas, ISIS y Al Qaeda. De entre esa sopa de letras, hace 20 años me encontré allí en el comedor con uno de estos personajes quien después de una larga charla me indicó dónde iba a encontrar una “voz autorizada” que podría hablar por los terroristas de la red terrorista organizada por Osama bin Laden. “Les voy a avisar que vas para allá”, me dijo. Podía ser una trampa. Pero en ese momento todavía secuestraban y vendían a los periodistas. El traductor se puso pálido, pero aceptó acompañarme. Supuestamente se trataba de un “portavoz informal” que hablaba frecuentemente con la prensa en nombre de Al Qaeda.

Era en la parte superior de una tienda de uno de esos mercados que ocupan cuadras y cuadras. Cuando entramos, había varios hombres tomando té dulce con una mano y con la otra moviendo el tasbih, el rosario musulmán. Nadie se sorprendió al ver entrar a un occidental. Se acercó un muchacho con su típica gorra redonda de los pashtunes y nos palpó de armas. Señaló una escalera. Cuando subimos nos encontramos con otro grupo de hombres, pero en vez de té y tisbah, tenían a mano sus kalashnikovs. Uno de ellos se levantó y nos invitó a sentarnos sobre la enorme alfombra finamente diseñada con rojos extraídos de la granada. Dijo que tenía apenas tres minutos. Que no era seguro estar ahí. Y repitió varias veces en Dari, el dialecto persa que hablan los afganos: “Al Qaeda está más viva que nunca. Osama sigue dirigiendo la red. Estamos acá para quedarnos hasta reconquistar la tierra de los musulmanes”.

Pasaron 20 años desde ese encuentro y 10 desde la eliminación de Bin Laden, pero la amenaza de ese “portavoz” de los yihadistas sigue vigente. La red terrorista creada en esas montañas del Hindu Kush, apenas a unos kilómetros de Peshawar, aunque debilitada está operativa y todavía tiene capacidad para cometer atentados en todo el mundo.

La “guerra contra el terrorismo” lanzada por Estados Unidos después de los atentados del 11/S está a punto de entrar en una nueva fase. El presidente Joe Biden ordenó terminar la guerra más larga de la historia de su país y el retiro de todas las tropas de Afganistán antes del 20º aniversario del 11-S. Pero Al Qaeda afirma que su guerra con Estados Unidos está lejos de haber terminado. En una entrevista con la CNN realizada a través de intermediarios, un oficial de la red terrorista dijo que “la guerra continuará en todos los demás frentes a menos que las fuerzas estadounidenses sean expulsadas del resto del mundo islámico”.

El especialista en antiterrorismo, Paul Cruickshank, que edita el diario CTC Sentinel de la academia militar de West Point, revisó las grabaciones con las respuestas de Al Qaeda y dijo a la cadena de noticias que es posible que “se sientan animados por la decisión de la administración Biden de retirar las tropas, pero también pueden estar buscando desviar la atención de las numerosas pérdidas recientes”.

Este fin de semana se cumple el décimo aniversario de la muerte de Osama Bin Laden, el cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono. Lo atraparon las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses, el equipo Seal 6, dentro de su recinto amurallado en la ciudad universitaria militar paquistaní de Abbottabad. Ya entonces, la red estaba muy debilitada y los grupos más fuertes actuaban en otros frentes de África y Medio Oriente. Pero siempre mantuvieron su presencia en Afganistán y realizaron operaciones conjuntas con los talibanes que ya les habían dado refugio en el 2001 y que ahora amenazan con regresar al poder en Kabul. “Gracias a los afganos por la protección de los compañeros de armas, muchos frentes yihadistas de este tipo han estado operando con éxito en diferentes partes del mundo islámico durante mucho tiempo. Pero la tierra afgana fue para nosotros muy especial”, dijo el terrorista entrevistado. Una señal clara de que la promesa que hicieron los talibanes en la larga negociación con los representantes de Washington es muy difícil que se cumpla y Afganistán podría volver a ser refugio de los jihadistas de todo el mundo.

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