Entre las arterias Talcahuano y Ayacucho, ciclistas tuvieron que esquivar la bicisenda –inaugurada hace poco tiempo en lo que respecta al tramo a dirigirse por zona oeste alta desde el microcentro- debido a la caudalosa permanencia de vehículos, colindantes a los cordones cunetas ubicados en el sector izquierdo de la corredera. Vecinos del lugar temen por el desencadenamiento de serios accidentes por la falta de responsabilidad de los conductores de los coches ante la ignorancia de las principales señalizaciones materiales sobre la ciclovía. 

Cabe recordar que, en el lateral derecho de calle Alvarado al 2000, sí se encuentra disponible la utilización y su respectiva autorización para el funcionamiento de un estacionamiento medido, el cual tiene su lugar a la vuelta del natatorio Juan Domingo Perón. Sin embargo, la persistente circulación de automóviles y de camionetas por la zona obliga, a los propios conductores, a tomar decisiones erróneas que afectan el recorrido de quienes emplean la bicicleta como su principal medio de transporte. 

Como así también, habitantes de la manzana insisten por la falta de mantenimiento en el trazado de las líneas divisorias y señalizantes sobre el asfalto, que demarquen la calle con la carretera bicisenda, ya que son poco visibles para su identificación. La manifestación de un contenedor de residuos, además, inhibe la proliferación deambulatoria de las bicicletas, ya que interfiere en el corredor de forma considerable. No se apreciaron inspectores de tránsito por el sector en la mañana, concretizando la falta de orden y de equilibrio para los medios de transporte que se dirigen, tanto del micro-macrocentro hacia zona oeste alta, como inversamente para el traslado de los conciudadanos salteños.