Unas 35 personas de Santa Victoria, Salta Capital, Metan, Buenos Aires y salteños residentes en Córdoba caminarán durante 13 días llevando consigo lo más elemental y las imágenes del Señor del Milagro y de la Virgen de Chaguaya. La Virgen del Milagro por su tamaño y peso, esperará a los peregrinos en ruta nacional 9 cuando bajen de los cerros. 

Este año el número de peregrinos se ha reducido un poco debido al impasse que marcó la pandemia, sumado a que muchas personas no pueden dejar de lado sus actividades laborales por más de dos semanas que dura el tiempo del milagro. 

"Al estar este tiempo sin peregrinar, retomar fue como empezar de nuevo y difícil. Muchos se fueron y no participan. Pero gracias a Dios lo que importa es que este año se vuelve a hacer la peregrinación", explicó Sonia Peloc, hija de María Trinidad Ángelo, organizadora de la peregrinación que nació en el 2002.

Contó además que los primeros días de caminata son los más duros y difíciles, ya que atraviesan montañas, quebradas y ríos bajo temperaturas extremas. Recién en suelo jujeño las condiciones geográficas y climáticas comienzan a mejorar.  

El grupo sale a las 14 desde la parroquia de Santa Victoria y se duerme en Acoyte. En el segundo día acamparán en la escuela Punco Vizcana. 

En esta oportunidad, en el tramo de montaña tendrán el apoyo de una camioneta de una vecina de Salta que en puntos estratégicos les acercará agua y comida. "Hoy y mañana (es decir jueves y viernes) los peregrinos tendrán el apoyo de la camioneta, después cuando se comienza a subir los cerros sólo pueden llevar mochila con una muda de ropa y lo más necesario. No se pueden asear hasta que llegan a la ruta, o sea recién en el día quinto. La camioneta después les acerca alimentos en lugares estratégicos", relató Peloc. 

En el tercer día de peregrinación, cuando llegan al paraje San Francisco, la camioneta de apoyo les acercará alimento para el almuerzo y cena. Esa noche dormirán prácticamente a la intemperie, en la galería de una iglesia abandonada de Pabellón. 

En el quinto día, cuando llegan a Casillas, los peregrinos estarán en el lugar más alto del trayecto, a más de 5.000 msnm.