Un nuevo estudio realizado en la Universidad de Estocolmo reveló que el agua de lluvia contiene sustancias químicas que la convierten en no apta para el consumo humano… y esto aplica para cualquier parte del mundo.

Las denominadas “sustancias químicas permanentes” o “PFAS” se han propagado tanto en la atmósfera que ya se pueden encontrar en el agua de lluvia y en la nieve de los lugares más remotos de la Tierra.

Se trata de sustancias altamente fluoradas y están relacionadas con el cáncer en los seres humanos. El estudio elaborado por investigadores de la universidad de Estocolmo y ETH Zurich, publicado en la revista Environmental Science & Technology, sugiere que las PFAS se han esparcido tanto que pueden encontrarse en océanos, la atmósfera y los suelos de lugares tan alejados como la Antártida o el Tíbet.

 "Aunque en el mundo industrializado no solemos beber agua de lluvia, muchas personas en todo el mundo esperan que sea segura para beber y suministra muchas de nuestras fuentes de agua potable", precisó el experto. A pesar de que los principales fabricantes eliminaron esta sustancia gradualmente, su presencia continúa en la atmósfera.